¡Edición en formato lujo, revisada y ampliada! W.I.T.C.H. (Conspiración Terrorista Internacional de las Mujeres del Infierno), las legendarias brujas feministas
¡Pasa la palabra, hermana! Celebramos la reedición de uno de nuestros libros más leídos e inspiradores con una nueva edición en formato lujo, revisada y ampliada, con nuevos comunicados y hechizos de las legendarias W.I.T.C.H. (Conspiración Terrorista Internacional de las Mujeres del Infierno), las feministas dedicadas a la brujería y la subversión por medio de hechizos, conjuros, maldiciones y sabotajes que han inspirado a miles de personas.
«Cuando te enfrentas a una de nosotras, ¡te enfrentas a todas!» (W.I.T.C.H.). Panfletos repartidos en medio de un desfile: «Nosotras, hermanas brujas del único y verdadero subsuelo, anunciamos nuestra presencia y comenzamos nuestro hechizo». Boicots y acciones callejeras, manifestaciones y ocupaciones: «Somos brujas, somos mujeres. Somos liberación. Somos nosotras. W.I.T.C.H. es también una estrategia, un medio de subversión: la brujería».
Bajo las siglas de W.I.T.C.H. (Nueva York, 1968-1970) se escondía una sorprendente guerrilla feminista, precursora de las Guerrilla Girls o Femen, cuyas armas eran los conjuros y hechizos mágicos, el arte feminista y la acción directa. Su actividad fue frenética, escandalosa y prodigiosa. Muy pronto, la estética y el estilo de aquel grupo de brujas urbanas, de guerrilleras sin escoba, prendió la mecha en distintas ciudades americanas: se crearon células feministas que recogieron aquel mensaje. Las brujas estaban por todas partes. Citadas como uno de los más fascinantes ejemplos del activismo de los sesenta, el grupo pasó a registrarse con letras de oro en la historia del feminismo radical, representando algo temido, salvaje y casi innombrable, al tiempo que desplegaba una feroz crítica hacia el patriarcado y las contradicciones de la propia izquierda tan demoledora como actual.
«Llegaron como un huracán, agazapadas bajo caperuzones y capas negras» (El Periódico)
«Un auténtico manual de combate» (Rolling Stone)
«Fueron las primeras en toser al movimiento de la izquierda radical que pretendía construir una nueva sociedad sin contar con el feminismo» (eldiario.es)
«Su estética no pasaba desapercibida: largas capas negras y caras desfiguradas por un maquillaje diabólico, las W.I.T.C.H. eran a fin de cuentas, brujas del siglo XX. Sus armas eran la acción directa, el boicot, las manifestaciones y, por supuesto, los hechizos y aquelarres» (El País)