Milán, Florencia, Venecia, Ferrara, Roma, Nápoles.
La Italia del siglo XV es una tierra desgarrada por guerras, intrigas y traiciones, gobernada por señores a veces cautos, pero a la vez sedientos de poder y, en ocasiones, sanguinarios. Esta es la historia de la Italia del Renacimiento, una historia que marcará el futuro de Europa.
En Milán, Filippo Maria, el último Visconti, ante la ausencia de hijos varones, intenta garantizar su legado casando a su pequeña hija con Francesco Sforza, un prometedor hombre de armas. Mientras tanto, trata de sobornar al conde de Carmagnola para atacar a los Condulmer, los patricios de Venecia. Estos, repelen el ataque y logran el ansiado trono de Roma a través del papa Eugenio IV, a pesar de la oposición frontal de la familia Colonna. El apoyo de los Mecici, el doble juego de los Saboya, el enfrentamiento entre angevinos y aragoneses en el sur en una guerra cada día más descarnada y el avance de España y Francia en el tablero de tratados y alianzas del continente, marcan a siete dinastías dispuestas a todo por perpetuar a los suyos en el poder.