La divertida historia de un lobo malvado, un valiente cerdito y una alucinante abuela.
¿Le ha llegado la hora al gran lobo feroz?
Érase una vez un lobo hambriento, con ganas de comerse un cerdito.
El problema es que este cerdito tenía una casa de ladrillos, y ya se sabe que las casas de ladrillos no se pueden derribar por mucho que un lobo sople.
Por lo tanto, nuestro lobo tendrá que cambiar de plan, y a la abuela de Caperucita está dispuesto a encontrar.
Cerdito al rescate. ¡Salvemos a la abuela!